«Dos caras de una misma moneda…»

 

            Admiro a las personas que saben quienes son, que están seguras de lo que quieren y siguen unas ciertas pautas en la vida. Los admiro porque los envidio. Yo no soy así. Al menos ahora no lo soy, y ya ni recuerdo si algún día lo fui o simplemente quiero creerlo así.

            Pues sí, cada vez estoy más convencido de que estoy desequilibrado. Ya casi no me cabe la menor duda de que tengo uno de esos trastornos bipolares. Soy dos personas en una sola. Mi pobre teoría es que los dos puntos de inflexión en mi vida – la muerte de Ana y el incidente – crearon dos personas totalmente opuestas pero que se entrecruzan y no pueden vivir la una sin la otra. Y no se cúal de las dos es la más parecida a quien soy en realidad.

Por un lado está el bueno, amable, educado, el que lo piensa todo mil veces antes de hacer lo correcto. Es el enamorado, el centrado en su trabajo, en la familia, al que le gusta escribir, leer, ir al teatro o al cine. El que no hace daño a nadie.

Por el otro lado está el malo. Es el que quiere vivir el día a día como si fuese el último. Sólo se guía por su instinto, por sus deseos primarios, y es el que no piensa en nada ni en nadie salvo en sí mismo. Es un maestro de la manipulación y es capaz de mentir como nadie. Y curiosamente, es el que siempre lo consigue todo. Al precio que sea. No tiene ni un ápice de remordimientos y no le teme a nada. Cada uno de los dos tiene una personalidad completa y parecen tener vidas totalmente separadas.

            El problema viene cuando se entrecruzan. Aunque hay alguna diferencia reseñable en estas mezclas. Cuando el malo se cruza en la existencia del bueno el resultado tampoco es excesivamente malo. Al contrario, en la mayoría de los casos es una ayuda extra,  para el trabajo, por ejemplo

            Cuando sucede al contrario si que es traumático. Digamos que cuando la conciencia entra en conflicto con el mal, todo se desequilibra, es más difícil controlar la situación y la seguridad del chico malo comienza a diluirse poco a poco.

Y es aquí cuando vienen los problemas. El malo nunca debe perder el control, porque entonces piensa, y pensar para un chico malo es lo peor que puede hacer.

            Últimamente se están cruzando demasiado. Hay veces que no se quién de los dos soy. Y eso me aterra. Da miedo no saber quién tiene el control. ¿Quién soy? ¿El bueno o el malo?Image

7 comentarios en “«Dos caras de una misma moneda…»

  1. y que fue «el incidente»? parece algo asi como de Lost, fuistes a una islas con osos polares y viajes al pasado o que? jejeje

  2. por cierto, y si se puede opinar sobre si eres el bueno o el malo yo voto por el feo, es mas probable jejejejejej

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